La nueva era Meiji, una época de convulsión social y política, se convierte en el escenario de una serie de crímenes perturbadores que parecen imposibles de resolver. Los asesinatos de la guillotina Meiji, escrita por uno de los maestros del misterio japonés, Futaro Yamada, nos arrastra a un Tokio que oscila entre la tradición y la modernidad, mientras dos detectives, Kazuki y Kawaji, se enfrentan a un enigma letal que desafía la lógica.
Desde las primeras páginas, Yamada nos sumerge en una atmósfera densa y cautivadora, donde cada rincón de la ciudad oculta secretos. La meticulosa recreación del Japón de 1869 no es un mero decorado, sino un protagonista en sí mismo. La transición del país hacia la modernidad se refleja no solo en las calles y costumbres, sino en las tensiones morales que los personajes enfrentan. ¿Qué es la justicia en un país donde lo antiguo y lo nuevo chocan de manera tan violenta?
Los inspectores Kazuki y Kawaji son el contrapunto perfecto, ambos con sus propias visiones del deber y la moral. Mientras Kazuki parece abrazar una lógica fría y obsesiva, Kawaji ofrece una perspectiva más ingenua y humana, lo que genera una dinámica tan rica como intrigante. Sus interacciones, marcadas por el respeto y la desconfianza, añaden profundidad a una trama ya de por sí compleja.
El verdadero acierto de Los asesinatos de la guillotina Meiji es cómo Yamada entrelaza lo histórico con lo ficticio, creando un mosaico donde figuras reales y eventos de la época se mezclan con una narrativa detectivesca brillantemente ejecutada. La presencia de Esmeralda, la misteriosa francesa descendiente de verdugos, añade un toque exótico y simbólico que se despliega conforme avanza la historia, sirviendo como un espejo de los conflictos internos de los personajes.
La novela avanza a un ritmo trepidante, con asesinatos que parecen imposibles de resolver y que mantienen al lector atrapado en una red de misterio. Sin embargo, Los asesinatos de la guillotina Meiji no se limita a ser una novela de crímenes: es también una reflexión sobre el poder, la corrupción y el peso de las tradiciones. Yamada, en un giro final magistral, ata los cabos sueltos de manera tan inesperada como brillante, haciendo que todo cobre sentido de una manera que solo un maestro del género podría lograr.
En definitiva, esta obra es mucho más que una novela de detectives. Es un retrato visceral de una época turbulenta, con personajes que luchan no solo contra los criminales, sino contra los fantasmas de su propia conciencia. Futaro Yamada ha creado un misterio complejo y apasionante, que no solo mantiene el interés hasta la última página, sino que invita al lector a reflexionar sobre la naturaleza misma de la justicia.
Una lectura indispensable para los amantes del misterio y de la literatura japonesa, que sin duda dejará una marca imborrable en quienes se atrevan a desentrañar los oscuros secretos de la era Meiji. (ARC, 2 de octubre de 2024)
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