Una chica nueva, Felisa Wilmer, ingresa en un colegio religioso para niñas en la zona norte de Buenos Aires. Recién llegada de Londres, Felisa se convierte en el centro de atención por su actitud rebelde y su mal comportamiento, rodeada además por el aura «poética» que le dan sus aficiones artísticas, su perfecto inglés y su carácter tan impenetrable como independiente. Al menos así la ve López, la narradora, que no tardará en hacerse amiga suya. Las dos chicas viven entre las leyendas más o menos escabrosas que se cuentan en voz baja sobre el pasado del colegio, y algunos «peligros» más reales que se encuentran en sus cercanías. Pero poco a poco López irá descubriendo la historia de Felisa, que vive con su abuela después de la muerte de su madre en un accidente, y las razones de su comportamiento excéntrico y suicida, como si estuviera «poseída» por personas de su entorno.