Fabio Gemelli, escultor mediocre y marido infiel, ha sido también un pésimo padre. Hace unos años que ha muerto -y muchos más que ha dejado de ver a su familia- cuando su hija Claudia se topa con una escultura hecha por él en la casa de una mujer que habría sido su amante. Así comienza a rastrear las huellas de su padre por medio de un aviso en el diario en el que simula interés por comprar las piezas perdidas del escultor. Así, las ex mujeres de Gemelli se acercan a la supuesta compradora para contar una versión, verdadera o fabulada, sobre el hombre con quien compartieron parte de sus vidas.