Matar un ruiseñor es esa clase de novela inmortal que hace que tu corazón palpite y sacuda tu conciencia.
Harper Lee nos habla de la pérdida de la inocencia, de los años de la represión y racismo de la América profunda, de las consiguientes injusticias por temas de racismo y prejuicios; de la concepción de valores para poder caminar por la vida... ¡y de tantas cosas más!
Nos encontramos ante una historia con dos tramas: la primera sería la crítica social, donde Atticus Fich, prestigioso abogado viudo, con dos hijos, Scout y Jem, le encomiendan la defensa de un chico negro, acusado de haber violado a una joven blanca, hija de una familia poco apreciada por el pueblo.
La segunda trama sería la historia de los tres niños, Scout, Jem y Drill, que investigan el misterio de su vecino Boo Radley, cuyo pasado criminal nada tiene que con su presente solitario.
Nos enfrentamos a dos argumentos opuestos que incluso se mezclarán antes de que el lector se dé cuenta.
En conclusión, veremos cómo los dos hermanos aprenden a ver el mundo con otros ojos. Sentiremos que Atticus Fich es la clase de padre que todos querríamos tener. Hombre de valentía incorruptible que defiende hasta el fin la idea de que ser diferente no significa ser culpable.
"Nunca llegarás a entender realmente a una persona hasta que consideres las cosas desde su punto de vista… Hasta que te metas en su piel y camines con ella."
hace 11 meses
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