Empezaré diciendo que es una lectura tierna y divertida. De fácil lectura y, aunque con un final más que previsible, no está falto de emoción. Me ha gustado mucho la idea, el argumento motor del libro: La literatura como valor para sobrellevar la tragedia propia y ajena, para minimizar el impacto de la guerra y sus consecuencias ( que aparece en otra novelas como "La ladrona de libros").
Las anécdotas están bien narradas y algunas son curiosas, los personajes están en su mayoría bastante desdibujados (los conocemos a través de la correspondencia), pero creo que el género epistolar le hace un flaco favor a la novela. Es el punto que hace de una novela con un fondo exquisito, un relato poco verosímil. Todas las cartas han salido de la misma mano, con el mismo vocabulario, extructura, formato, nivel cultural, sentido del humor...
Es un relato agridulce, trágico cómico, con escenas que nos recuerdan aquella inolvidable "La vida es bella". Me ha gustado el hecho de que en muchos momentos se humaniza al enemigo. La mención de escritores como las tres hermanas Bronte, Jane Austen, Oscar Wilde... hace la novela más interesante para los amantes de los libros, sin embargo no se profundiza en el tema literario.
Me ha parecido divino en muchos aspectos, totalmente recomendable si obviamos el hecho de no haber sabido adecuar el nivel epistolar que le correspondía a sus personajes.
hace 13 años
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