Katayama y la gata Holmes tienen un nuevo caso: velar por la protección de Mari Sakurai, una joven violinista, que ha recibido una amenaza de muerte.
Sakurai debe permanecer aislada en una residencia a las afueras de Tokio junto al resto de finalistas de un prestigioso certamen musical. Durante siete días, los jóvenes, sin ningún tipo de contacto con el exterior, deben ensayar las piezas que tocarán en un prestigioso certamen musical.
En la residencia, el detective y la gata calicó, de pelaje naranja, negro y blanco, se enfrentarán a sucesos inesperados que desvelan el oscuro mundo que se oculta tras las bambalinas de las competiciones musicales.
“La rapsodia de la gata Holmes” es el tercer volumen de la saga de Jiro Akagawa. El autor nos sumerge en una trama de habitación cerrada con muchos sospechosos sometidos a una gran presión. Ganar el concurso puede suponer un cambio en sus vidas y la tensión entre ellos es más que palpable.
La novela comienza de modo pausado con la introducción de los numerosos personajes que forman parte de la trama. Poco a poco va cogiendo ritmo hasta que, en el último tercio del libro, la singular pareja de detectives resuelve, con ayuda de Harumi, todos los misterios que hemos ido encontrando durante la lectura.
Para mí, el encanto del libro reside en el cuarteto protagonista que da lugar a situaciones divertidas y sorprendentes: la fobia de Katayama a la sangre y a las mujeres, la inteligencia de Harumi y la peculiar relación que mantiene con su hermano, la inocencia de Ishidzu y la sagacidad de Holmes, que como buena gata, investiga a su aire.
La saga la conforman casos independientes que se cierran en cada libro pero os recomiendo leer los dos libros anteriores, si aún no lo habéis hecho, para descubrir cómo se conocieron Katayama y Holmes y seguir la evolución de los personajes.
Espero que Quaterni nos sorprenda pronto con una nueva entrega de esta gran saga que aúna a la perfección intriga y humor. (Ana García, 14 de abril de 2019).