Una enfermera llega a Monjoie, una mansión en la costa normanda, para cuidar de una niña enferma que se halla en sus últimos meses de su vida. Al cruzar el umbral encuentra una casa destrozada por los bombardeos aliados de la Segunda Guerra Mundial, una niña terriblemente inteligente y con un carácter muy peculiar, y un padre viudo, abrumado por sus propios fantasmas. “La costa de alabastro” se desarrolla, casi en su totalidad, en una casa que parece tener vida propia. Late a su ritmo causando un desasosiego cada vez más terrorífico a la protagonista; hasta tal punto que llega a dudar si lo que ve es realidad o producto de presencias que aparecen y se desvanecen a su antojo. Victoria Álvarez logra hacerte sentir auténtica aprensión en las ciento sesenta páginas que conforman esta novela. La tensión va in crescendo página a página hasta llegar a un final sorprendente. Una novela inquietante que hace realidad esa frase de Stephen King: “Los monstruos son reales y los fantasmas también lo son. Viven dentro de nosotros y, a veces, nos ganan.” (Ana García, 27 de septiembre de 2018).
hace 6 años