Irlanda, principios del siglo XX, un castillo y un misterio con tintes sobrenaturales. Todos estos ingredientes se funden en esta novela que atrapa desde las primeras páginas hasta las últimas. Una autora muy a tener en cuenta, con un estilo que bebe directamente del de las novelas góticas del siglo XIX.
La novela cuenta con unos personajes muy bien construidos que, pese a sus diferencias, no se eclipsan entre sí en ningún momento, si no que la personalidad de cada uno se desarrolla individualmente sin superponerse a la de los demás. Ninguna de las relaciones entre los diferentes personajes, ya sean románticas, de amistad e incluso enemistad, se siente forzada, si no que fluyen sin obstáculos y son creíbles en todo momento.
El hilo argumental, como ya he dicho, atrapa desde el principio hasta el final, dejándote con las ganas de saber qué es lo que ocurre en el siguiente capítulo. Quiero destacar sobre todo todo el trabajo de documentación que lleva detrás: la mitología celta (en concreto la leyenda de la banshee), los clanes irlandeses (de los cuales he reconocido a varios tras la lectura de Príncipes y Rebeldes de Irlanda de Edward Rutherfurd), las calles y los edificios de Oxford... Todo esto hace que sea mucho más fácil sumergirse en la historia.
Pero para mí, lo más resaltable de esta novela, es la capacidad que tiene la autora para construir esa atmósfera gótica al más puro estilo decimonónico. La tensión, el misterio, las referencias a Wilkie Collins y Oscar Wilde, y muchos más detalles se suman para crear un ambiente que consigue que la novela nos traslade a un castillo irlandés en pleno 1903.
Yo, por mí parte, seguiré de cerca la trayectoria de esta autora, y espero que vosotros le déis una oportunidad y la disfrutéis tanto como yo.
hace 10 años
2
0