Escasas veces he votado un libro con la máxima nota, porque esto es señal de que nos hallamos ante la perfección, siempre bajo mi punto de vista, por supuesto. En este caso no he tenido la más mínima duda. Soy gran seguidora de Kubrick y la película “2001. Una odisea en el espacio” es para mí una auténtica obra maestra y una de mis películas favoritas; quizá este es el motivo que ha hecho que tardase tanto en acercarme a esta obra. Al conocer que el relato se había escrito solapado temporalmente con la película, eso sí, basándose en una obra anterior de Clarke llamado “El centinela”, tuve miedo de que fuese un mero artificio literario para potenciar a esta, o viceversa. Nada más lejos de la realidad, la asociación es perfecta y la novela complementa detalles que se nos escapan de la película, tanto como la película complemente visualmente a la novela de forma exquisita. No voy a exponer aquí las grandiosidades del film, no me parece el sitio apropiado, pero sí puedo hacerlo de la novela. Clarke era un auténtico visionario, como demuestran sus obras, en las cuales describió con todo lujo de detalles cosas como satélites artificiales, comunicaciones a largo alcance, estaciones y viajes espaciales, inteligencias extraterrestres… En este libro, que empezó a ser escrito en 1968 (un año antes de que el hombre pisase la luna), no sólo nos transporta a través de la ciencia ficción más pura si no que, su trasfondo y el tono filosófico en que está escrito, hace que el lector se replantee conceptos y verdades que han imperado en su vida desde siempre. El concepto de Dios, el concepto de la creación y la vida, el concepto de la evolución… temas e inquietudes tan humanas que hacen del texto una experiencia enriquecedora y totalmente reflexiva. Como curiosidades, las conocidas por todos, que dejo caer por si algún rezagado no se ha enterado, HAL el robot a bordo de la nave Discovery tiene este nombre porque sus iniciales son la letras anteriores a las siglas de IBM; y la diferencia de escenario entre película y novela (en la película se desarrolla en Júpiter y en la novela en una de las nubes de Saturno), fue debido a que Kubrick, no era capaz o no quedó satisfecho con la recreación de los anillos de Saturno que serían necesarios para ello. Pendiente tengo ahora la segunda parte de la historia, según he leído, en esta nueva obra, Clarke varía hechos de la primera novela y los refleja tal como acontecieron en la película, tendré que comprobarlo empíricamente, y espero que no sea así, o que la variación sea de escasa relevancia. Clarke falleció en 2008 y antes de su muerte dejó todos los preparativos hechos para que su ADN fuese enviado a órbita junto con una nota de saludo a las posibles inteligencias que se topasen con él en un futuro lejano, o no tan lejano. Quizá sea ya también, un Hijo de las Estrellas.
hace 7 años
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