“La biblioteca de agua” es una antología de dieciocho relatos ambientados en Madrid, muchos de ellos concretamente en la calle Lope de Vega nº 2, donde se instaló la escritora al llegar a la ciudad, hace más de cuarenta años. Según sus propias palabras, es un homenaje a aquellos vecinos que la acogieron y le dieron una familia de la que formar parte, ellos y sus historias transitan por el libro.
Cada relato es único y tiene su propio estilo, pero tienen en común el entrañable Barrio de las Letras, sus calles y su historia. Unos son realistas y otros surrealistas (como el maravilloso “Historias del arte (Lluvia)”, en el que la maja desnuda, harta de las miradas de los turistas, sale de paseo), incluso uno donde los muertos andan libres, otro no menos curioso que nos sitúa en las antípodas de Madrid, o un cuento de tinte árabe. Personajes corrientes, vecinos, mujeres que escriben en conventos donde se encierran para ser libres y cuyos orígenes no dejan de sorprender. Desfilan por las páginas escenarios y recuerdos reales, mezclados con mucha imaginación y sucesos históricos vividos por la ciudad, 23F, la matanza de los abogados de Atocha o el recuerdo de la guerra civil a través de los ojos de dos niñas, y podríamos continuar...
Cada relato es independiente, aunque hay algunos elementos que podríamos llamar fetiche, porque aparecen en diversas ocasiones, un zapato, una pared que acaricia y consuela, un perro... o personajes de los que ya nos habíamos despedido y reencontramos en otra historia, aportando a veces un nuevo significado o una sorpresa a lo ya leído.
Como la misma autora explica al principio, el libro es un palíndromo, puede ser leído del primer al último cuento y al revés. Si se lee como es habitual vamos atrás en el tiempo, desde el presente hasta antes de que el hombre apareciese en la Tierra. Si leemos desde el último al primero se sigue un orden cronológico. Esta última lectura la tengo pendiente, pero creo que la percepción de los elementos comunes que mencionaba antes será distinta. Me ha llamado la atención cómo, dentro del “experimento narrativo” del que forma parte esta antología, y que la autora comenta en la introducción, de vez en cuando se intercala alguna reflexión sobre el proceso de la escritura o se pregunta sobre el lenguaje.
Las historias fluyen como el agua, que es también un elemento a destacar, pues se encuentra presente en sus diversas formas en el recopilatorio. Al título de cada cuento lo acompaña un subtítulo referido a ella; y hay curiosidades como que en uno un personaje se dedica a la venta de agua, en otro el protagonista escribe sobre ella, en otro esta servirá para guardar escritos secretos... en mayor o menor medida, en todos los cuentos tiene importancia. Es como un homenaje a esa sustancia tan ligada a Madrid, ciudad que en su origen significa “la madre de las aguas”.
La edición y la portada del libro son muy cuidadas, la faja se despliega y se convierte en un bonito plano del Barrio de las Letras, con indicaciones e ilustraciones relacionadas con el texto que resultan muy aclaratorias. Me ha parecido, además, muy bien documentado históricamente; aporta mucha información, no siempre conocida, que enriquece gratamente la lectura. Son cuentos que dejan la impronta de un barrio, de una ciudad.
Es la primera obra que leo de Clara Obligado y me ha encantado. En mi opinión, está muy bien escrita, con una prosa elaborada y rica que es una delicia de leer. No puedo señalar un relato por encima de otros, porque la mayoría me han gustado mucho. Destacaría la parte histórica, que te hace redescubrir la ciudad con otros ojos. Una lectura amena, interesante y muy recomendable.