Este librito es una edición no venal que se distribuyó acompañando a una edición exclusiva de “Ordesa”, del mismo autor. En mi caso ha llegado a mis manos de manera independiente y sin haber leído todavía “Ordesa”.
Por lo que he leído, el hostal en cuestión se menciona en “Ordesa” y este relato, que no llega a las 60 páginas, es una ampliación de lo que se cuenta en la novela.
El “Hostal Don Juan”, en Cambrils, es donde Manuel Vilas pasó las vacaciones con su familia desde mediados de los sesenta a principios de los setenta del siglo XX. Unas vacaciones que quedaron grabadas en su memoria, aunque todavía no sabía que esos iban a ser los mejores veranos de sus vidas juntos. Como el mismo autor escribe, el Hostal Don Juan “es un Titanic de mi memoria”. En este relato narra esos días, la pasión por el Mediterráneo, las rutinas diarias de playa, comida y entretenimiento, los turistas con los que año tras año coincidían, hasta el modelo de los coches...
Breve y bello texto, en el que a través de lo vivido en ese modesto y sencillo hostal, y desde su memoria de la infancia, Manuel Vilas evoca un recuerdo nostálgico y entrañable que transmite un gran amor a los padres, que suponemos ya ausentes.
Una pequeña delicia de leer, muy recomendable.