Leí una entrevista de Pérez-Reverte en la que afirmaba que dos autores a los que admira especialmente son Dumas y Conrad. Creo que Dumas es su guía en las novelas de su primera época y por supuesto en la serie de Alatriste. En su segunda época, parece que a Dumas lo deja más de lado y su literatura deriva hacia Conrad. Esto lo he notado en La carta esférica y, sobre todo, en El pintor de batallas y El tango de la guardia vieja. ¿Mejor así? no sabría decirlo. Estamos ante un Pérez-Reverte más maduro, con mejor cuidado de los personajes y más reflexivo, aunque estas reflexiones lo llevan cada vez más hacia el escepticismo, con unos protagonistas que están de vuelta de todo. La aventura por la aventura y el "folletín", lo que es la historia en sí, ya no es lo más importante de la novela, aunque sucedan muchas cosas. Yo entre Dumas y Conrad, me quedo con el primero. Pero es cuestión de gustos. En cualquier caso, un libro muy recomendable, el mejor de su última época.

Una novela que mezcla muchos géneros y que al final es una historia de amor que se juega en tres partidas, tremendamente original, adictiva y sobre todo está tan trabajada, tan documentada y tan bien escrita, que es un verdadero placer leerla. A mí me ha parecido soberbia.

Yo sólo voy a decir 4 palabras: Co-jo-nu-do!! Lo mejor de 2013 sin duda.

Novela absorbente y documentada de manera magnífica (como es habitual en las novelas de Pérez-Reverte). El autor recrea los diferentes escenarios con maestría y logra que te sumerjas en ellos de manera natural. La historia de Max Costa y Mecha Inzunza, narrada en tres momentos y escenarios diferentes, cuenta con una autenticidad y un encanto fuera de lo común. Además, desde un punto de vista narrativo es excelente, por lo que su lectura es una delicia.

Libro fácil de leer aunque la primera parte se hace reiterativa explicando los pasos del tango. Más tarde aparece la intriga y hace el libro más apetecible. No está mal.

Algo tedioso tanta descripción de los pasos del tango. El tango es para bailarlo o para verlo, pero describirlo por escrito… solo los que saben, entienden las posturas descritas. Bastante después, el ritmo y la intriga aumenta y los personajes se te van pegando a la piel poco a poco hasta que te das cuenta de que lees por gusto y no por terminar el libro. Pero cuesta entrarle. He recuperado al Pérez Reverte de hace años, cosa que me alegra. Recomendable la lectura, pero hay que perseverar.

Soberbia historia que mezcla pasado y presente de la vida de un vividor que se relaciona con la alta sociedad con una facilidad impresionante. Una historia de amor imposible llevada hasta sus últimos extremos. Me ha parecido lo mejor que he leído en mucho tiempo y a la vez he descubierto a Arturo Pérez Reverte. Muy recomendable.

Leer "El tango de la guardia vieja" es un placer en muchos sentidos: por la espectacular recreación de diversas épocas, por la solidez y credibilidad de los personajes, por el excepcional trabajo de documentación de Pérez Reverte, por la extraordinaria calidad de su prosa... Pero sobre todo porque se trata de una novela imposible de clasificar: es a la vez una historia de amor y de una pasión, una novela erótica, una intriga de espías, el relato de un ladrón de guante blanco, la crónica vital de un gigoló... De lo mejorcito que podemos encontrar en librerías, sensacional.

Gracias D. Arturo. Más que bibliófilo me considero un bibliópata, un devorador de letra impresa. Caótico en mis gustos mezclo estilos y alterno autores desconocidos con clásicos, lo cual hace que inevitablemente lea mucha banalidad, por más que seleccione no puedo evitar llevarme decepciones, por ello cada vez releo más. Y de repente Pam! D. Arturo en estado puro, el mejor Pérez Reverte de nuevo, pocos personajes con la fuerza, la personalidad, la carga humana como los personajes de D. Arturo y muy, muy pocos como Merche Inzunza o Max Costa.Con respecto a la novela a mi modestísimo modo de ver roza la maestría, con un perfecto dominio de la técnica me ha emocionado e impactado profundamente. Muy, muy recomendable.

Me ha complacido reencontrarme con un Pérez Reverte que creí haber perdido. Qué mejor que un tango para escribir una historia elegante y canalla.