El sonido de disparos en las calles aledañas a su hotel espolea la curiosidad de Martín Garret, un joven ingeniero de minas español que trabaja en México. Desoyendo la prudencia, baja a las calles y termina ayudando a los revolucionarios a conseguir uno de sus primeros objetivos: robar las quince mil monedas de oro del Banco de Ciudad Juarez.
Tras el golpe y junto a Genovevo Garza, fiel ayudante de Francisco Villa, Garret se convierte en uno más de los revolucionarios que luchan sin cuartel para acabar con la dictadura de Porfirio Díaz.
Revolución, de Arturo Pérez-Reverte, es una novela sobre la revolución mexicana, una de las primeras del siglo XX. El despotismo y la tiranía de Porfirio Díaz, unió a Emiliano Zapata, Pascual Orozco y a Francisco Villa en una revuelta que terminó con la renuncia de Díaz y la convocatoria de las primeras elecciones en el país.
Martín Garret es un observador de los acontecimientos y tiene muchos elementos autobiográficos del autor, que ha reconocido en una entrevista al diario “El Confidencial”, que la escena en la que Garret apoya la cabeza en la pared porque piensa que le van a disparar, está basada en una experiencia propia vivida en Nicaragua en el año 1978.
Hay varias cosas que me han llamado la atención del libro: la primera, el vocabulario que el autor utiliza para los diálogos: expresiones mexicanas adaptadas a la clase social del personaje; algo que aporta mucho realismo a la lectura.
La segunda, la importancia de los personajes femeninos. Destacan las soldaderas, mujeres que seguían a sus hombres cargadas con sus escasas posesiones, armas e incluso sus hijos, si los tenían. Eran ellas las que los atendían y alimentaban cuando terminaban los combates y si era necesario, también disparaban sin miramiento alguno.
También hay otra mujer muy relevante en la novela: Diana Palmer. Una periodista inspirada en Nellie Bly, que llega a México para mandar crónicas del conflicto al diario estadounidense para el que trabaja. Sin importarle el riesgo, se une a las tropas de Villa para informar desde la primera línea de fuego.
El libro refleja la violencia de la revolución y también su condena al fracaso porque, a pesar de que lucharon con uñas y dientes para ganarla, los líderes revolucionarios, analfabetos en su mayoría, no estaban preparados para dirigir un país y menos aún para negociar con su poderoso vecino del norte: Estados Unidos. En cualquier caso, sí lograron mejoras para los humildes campesinos y fueron la inspiración para futuros movimientos revolucionarios en América Latina.
La parte histórica de la novela es una maravilla, pero no lo es menos la compleja metamorfosis de Garret; un joven, convertido motu propio en un guerrillero, que en medio de la guerra descubrió las reglas ocultas del universo que determinan el amor, la lealtad, la muerte y la vida.
Una novela brillante que rinde homenaje a los hombres y mujeres que lograron derrocar a un dictador y que, con el tiempo, lograron que cambiaran las estructuras políticas y sociales del país. (Ana García, 4 de noviembre de 2022)