AVISO: ESTA RESEÑA CONTIENE SPOILERS.
Estamos ante la conclusión de la segunda trilogía romana del autor y, como era de esperar, no defrauda al lector fiel seguidor de sus novelas. En esta ocasión nos presenta la novedad de que la acción transcurre en dos lineas temporales: la de la serie, con Trajano como protagonista principal (siglo II d.c), y por otro lado la de la legión perdida del titulo, que no es otra que la del malogrado Craso (siglo I a.c). Ambas historias con sus lazos argumentales que se irán desvelando poco a poco. En la linea de tiempo principal, que lógicamente es la de Trajano, como es costumbre en la trilogía tenemos variados "escenarios" que le dan variedad a la novela y hacen su lectura muy amena (recordemos que estamos ante una novela de mil págs.) aunque hay que decir que quizá aquí el autor ha abusado un poco en este aspecto, porque son tantos los hilos argumentales y personajes en tan amplia zona geográfica (Roma, Partia, China, India...) que unido al cambio de época con sus personajes respectivos, es fácil perderse un poco. Por otro lado sigue aquí la historia ficticia al margen de los hechos históricos protagonizada por el ex gladiador Marcio y su familia que también se sigue con interés, aunque hay que decir que en algunos momentos flojea su credibilidad. Como por ejemplo el esperado y decepcionante reencuentro de Marcio con su mujer e hija, que resulta bastante inverosímil (se encuentran en el bosque "casualmente" cuando Marcio va a buscarlas, como si la Dacia fuera El Parque del Retiro), Además esta resuelto el momento de forma bastante insulsa y poco emotiva. A esta historia que viene de entregas anteriores se sumarán otras fruto de los nuevos escenarios que recorrerá la novela. Y es que esta tercera novela sigue siendo muy "coral", pero se nota que el personaje central de Trajano tiene más protagonismo que en las otras y el autor le dedica más atención a aspectos como el de su homosexualidad, que apenas se tocaban en las anteriores (sobre todo en la primera). Si en la trilogía de Escipión el "papel" de malo malisimo le tocó al pobre Catón, aquí es Adriano quien se hace odiar y en esta última entrega desplegará toda su maldad contenida en la anteriores. Aunque el mismo Posteguillo en las notas finales reconoce que quizá no fuera tan malo y que otros autores lo han pintado como incluso una buena persona...Pero para la trama novelesca viene muy bien y, además, muy bueno no debió de ser tampoco visto como mando ejecutar a todos los cercanos de Trajano después de su muerte...En cuanto a los acontecimientos históricos el autor, como de costumbre, en bastante fiel y solo se toma algunas pequeñas libertades, al margen de las puramente novelescas, como atribuirle al arquitecto Apolodoro la construcción de la Columna Trajana, algo que ni mucho menos está demostrado. Pero en definitiva el autor rellena los "vacios" históricos con su versión de lo que podría haber ocurrido en realidad, lo cual es necesario en una obra de este tipo, y él lo hace de forma inmejorable. Las batallas como siempre están magníficamente contadas aunque no llegan al interés de otras novelas. Creo que en esta ocasión los mapas sobran porque son bastante sencillas y no son necesarios para seguirlas adecuadamente en su evolución.
Y así llegamos al final emotivo y bien elaborado de esta gran trilogía que no ha perdido nada de interés en ningún momento. Y es que otra vez ha logrado Posteguillo culminar una gran trilogía con otra gran novela. Con ella demuestra que es el mejor novelista de este género de España. Ya podrían aprender otros muchos presuntos novelistas de novela histórica que abundan por ahí.
hace 5 años
12
-1