Charles Dickens falleció antes de terminar su última novela, «El misterio de Edwin Drood». Los miles de lectores que habían seguido el desarrollo de la novela, publicada por entregas, se preguntaban sobre la suerte que habría corrido el protagonista de la misma: ¿habría sido asesinado o desapareció por voluntad propia? Algunos médiums trataron de contactar con el espíritu del novelista para que les dictara el final del libro, sin imaginar que para resolver el enigma de la desaparición de Drood, deberían conjurar a los fantasmas en los que Dickens creía y con los que convivía en su propia casa. Casi un siglo y medio después, el cineasta Hugo Almagro acepta escribir un guion sobre «El misterio de Edwin Drood» y dirigir una película que despeje todas las incógnitas, sin sospechar que durante el rodaje, el actor que encarna a Drodd también desaparecerá sin dejar rastro. “El enigma Dickens”, de Mariano Fernández Urresti, fue la novela ganadora del Premio Jaén 2018. Un más que merecido galardón para una novela narrada en dos líneas temporales que nos permiten vislumbrar la Inglaterra victoriana y algunos de los misterios que encierra la ciudad cántabra de Comillas. La primera línea temporal tiene a Charles Dickens como protagonista indiscutible. Al tiempo que descubrimos aspectos poco conocidos de su vida y su afición por lo sobrenatural, somos testigos de cómo un suceso extraordinario le sirvió de inspiración para escribir su última novela. La segunda transcurre en 2018, durante el rodaje de la nueva película de Hugo Almagro, un afamado director de cine, que pretende llevar a la gran pantalla la obra inacaba de Dickens y quizá, sólo quizá, darle el final que muchos esperaron durante décadas. El rodaje se complica cuando el actor que interpreta a Edwin Drood desparece misteriosamente y comienzan a suceder cosas extrañas en la «Casa del inglés», uno de los escenarios principales de la película. Hugo sólo contará con la ayuda de Deva, la nieta del antiguo guardés de la mansión, que parece guardar muchos secretos sobre los extraños sucesos que tienen lugar en la casona que fuera su hogar en la infancia. Una novela sobresaliente en la que el autor no solo nos muestra su gran conocimiento sobre Dickens y su obra, sino también su gran talento para tejer un thriller en el que todos los personajes guardan muchos más secretos de los que pudiera parecer. Un libro maravilloso que no solo invita a releer la obra de Dickens, sino que te mantiene en vilo de principio a fin intentando desentrañar tanto el final de esa obra inacabada, como los misterios que rodean un rodaje abocado a terminar ser considerado maldito. ¡No os perdáis «El enigma Dickens»! Ha sido una de mis mejores lecturas de 2023. «El corazón humano es un instrumento de muchas cuerdas; el perfecto conocedor de los hombres las sabe hacer vibrar todas, como un buen músico.» Charles Dickens

Se me hizo eterna. No veía el momento de terminarla.

"El enigma Dickens" va alternando dos partes diferenciadas: una del pasado, en la que el famoso escritor empieza a investigar a un joven al que cree en peligro de muerte, y en el que pretende basar su última novela, "El misterio de Edwin Drood"; y una del presente, donde se pretende desvelar los sucesos reales en los que se inspiró la novela inconclusa y revelar así el final de la misma en una película. Sin duda, las partes que más me han gustado son las del pasado, porque son más impredecibles y están muy bien ambientadas. Las partes de presente, por su parte, no solo se ven venir, sino que no me acabaron de transmitir, en la mayor parte de los casos, la atmósfera de casa encantada. El ritmo es a veces irregular, porque hay algunas repeticiones de datos, a mi juicio, en muchos casos innecesarias. Aun así, resulta entretenido y no quieres dejar de leer porque Mariano F. Urresti consigue mezclar historia documentada, historia inventada y fantasía (con fantasmas, bilocaciones y espiritismo de todo tipo), de una forma bastante convincente, en especial, de nuevo, en las partes del pasado. En cuanto a la resolución del misterio, en ningún momento se llega a desvelar de forma explícita, pero numerosos detalles nos llevan a pensar en quién fue el asesino realmente (según, por supuesto, el autor de esta novela). Aun así, convencida como estoy de quién es, el final de la parte del pasado me supo a poco y me resultó un tanto enrevesado y forzado que el asesino dedicara tanto esfuerzo y años en buscar a su víctima cuando ya no se interponía en su camino. Aunque claro, ese era el nexo con el presente, y de alguna manera había que hacerlo. En definitiva, es un libro entretenido, con algunas partes más interesantes que otras, eso sí.