Brindis es una novela de experiencias, aquellas por las que va pasando su protagonista, Juan, desde que nace en una pequeña ciudad hasta un momento de su vida adulta. Pero, más que del camino a la madurez, la novela habla de una individualidad ganada, del aprendizaje errático de los sentimientos y la libertad. Juan deja su ciudad y los estudios e inicia un recorrido en el que es aconsejado por toda una serie de personajes singulares: el joven hijo de militar, que le hace sostener una pistola en la mano para sentir lo que cree que es el peso verdadero del mundo; el empleado de Shanghai, que disfruta viendo películas pornográficas en compañía; la anoréxica Amy, con la que no consigue acostarse ni sentarse a comer; o el dueño de un bar madrileño, que llama “Novelas” a Juan con intención de ofenderle y llevarle hacia territorios que considera más realistas. La estructura episódica e itinerante de Brindis hace pensar en la novela picaresca, pero se trata aquí de una picaresca sin engaños ni malicia. Quizá haya tristeza en algunos de estos episodios, pero el autor no deja espacio para el desaliento, y nos ofrece una mirada siempre primera y reveladora sobre el mundo.