Al despertar tras lo que parece haber sido una noche muy agitada, y con la sensación de tener en la boca a las legiones del César haciendo instrucción, el orondo investigador Baltasar Matzbach descubre algo insólito y completamente inesperado: un cepillo de dientes de origen desconocido junto al suyo. Sin embargo, este es sólo el primero de una larga, extraña y bien trabada cadena de enigmas, que Gisbert Haefs, con la agilidad y la perspicacia que le caracterizan, despliega ante los ojos del lector, conduciéndole por una trama llena de sorpresas delirantes, a través de unos paisajes urbanos que conservan trazas de un pasado agridulce. Así, Haefs traza un retrato de unos ambientes sórdidos, en decadencia e impregnados del legado de políticos corruptos, y sitúa en ellos una divertida y apasionante historia en la que un grupo de amigos, instigados por Matzbach, ponen sus diversos talentos al servicio de un enigma que a cada paso va cobrando nuevas dimensiones hasta remontarse a los tiempos de la segunda guerra mundial.