«El primer hombre», no es sólo la cruda y solitaria biografía de Camus, sino el retrato de una Argelia colonizada por Francia, y la exhausta descripción de las consecuencias últimas socioeconómicas y morales de la Gran Guerra, efectos todos ellos padecidos por cada uno de los personajes. Quizás haya pasajes en los que el ritmo es más lento y se torna una lectura un poco pausada y repetitiva, pero, en general, engancha y te hace sentir como un compañero más de la pandilla, ataviado con vestimentas raidas y grandes de talla, intentando, como si fuera una selva y se abriera camino con un afilado machete, confeccionar un rumbo entre una clase social que ni tiene Dios, ni Patria, ni pasado ni futuro: las clases populares a principios y mediados del siglo pasado. Una lectura didáctica, necesaria, enriquecidora, pero, sobre todo, una amplio mirador cuyas vistas son la infancia y juventud de Camus, el padre de una generación y una forma de hacer literatura.
hace 8 años
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