Sobre una roca que emerge del mar, la aparición de una mujer desnuda con sexo de hombre prefigurará el destino de Lorenzo Massaní cuando, desde el sur de Francia, viaje a un mítico París donde todavía canta Edith Piaf y escribe Albert Camus. Pero París ya no es París. Bastará una pasión amorosa y un enigma de imprevisibles consecuencias para que la literatura cabalgue al galope la realidad y nos lleve, como en los cuentos, a un lugar donde no hemos estado nunca: el París de Irás y No Volverás. Con el cielo a cuestas transita por todos los géneros imaginables, y los personajes viven lo extraordinario como normal porque quizá sepan, como su autor, que lo normal siempre es extraordinario. «,¿Escritor que hace cine, cineasta que regresa a la Literatura? De cuando en cuando hay mariposas que se niegan a dejarse clavar en el cartón de las bibliografías y los catálogos, de cuando en cuando, también, hay lectores o espectadores que siguen prefiriendo las mariposas que viven a las que duermen su triste sueño en las cajas de cristal.», Julio Cortázar «,La obra de Suárez es una obra en permanente transformación: Suárez es siempre el mismo porque siempre es distinto. No sé si es preciso añadir que es algo que, si no me equivoco, sólo está al alcance de los verdaderos creadores.», Javier Cercas