En “Una maestra en Katmandú” Vicki Subirana narra en primera persona una parte de su vida, desde sus orígenes humildes hasta que consiguió ser maestra, su deseo de viajar al Tíbet a raíz de leer un libro, que acabó convirtiéndose en un viaje a Nepal, y una vez allí la que se convirtió en su obsesión, montar escuelas gratuitas para los niños más pobres del país.
Ya conocía un poco la historia de esta maestra catalana, creo que en algún momento había leído algo y visto un documental sobre ella. Aun así, la lectura de su autobiografía resulta impactante, sobre todo los primeros capítulos en que es más evidente el choque abismal entre la mentalidad occidental de la recién llegada a Nepal con la sociedad que allí se encuentra, absolutamente distinta en la mayoría de los aspectos: cultura, gastronomía, costumbres, ropa, relaciones entre personas, educación, filosofía, religión, política… y un largo etcétera. Sin obviar la imagen de verse constantemente rodeado de pobres y niños hambrientos hurgando en la basura.
El testimonio es abrumador e impresiona, incluso se describen situaciones que resultarían irrisorias si no fuera por el dramatismo que en realidad ocultan. Pero hay que destacar que, a pesar de las muchas dificultades que la autora afrontó para conseguir su objetivo, muchas veces aparentemente insalvables, y su duro esfuerzo personal, no todo fueron tristezas e impedimentos. Vicki conoció a las personas adecuadas que la acompañaron y ayudaron en ese camino personal, en el que consiguió logros muy importantes para los niños más pobres y desamparados de Nepal, y también muchas alegrías a nivel personal; de hecho, considero que fue para ella un proceso, no solo de aprendizaje de una cultura muy distinta a la propia, sino de autoconocimiento.
En mi opinión, el libro no destaca por su calidad literaria (tampoco creo que fuese ese su objetivo), y la parte final me pareció algo precipitada en comparación con el resto, pero esta extraordinaria y apasionante historia cumple una gran labor divulgativa que hace presente una realidad a la que buena parte del mundo da la espalda en su día a día.
Una lectura muy interesante y altamente recomendable, de esas que, por un lado, te hacen ser consciente de las grandes diferencias culturales que existen en nuestro planeta y, por otro, de que vivimos en la parte privilegiada del mundo.