Mala Zimetbaum era una joven encantadora, culta y carismática. Hablaba varios idiomas y las SS la eligieron como intérprete y traductora. Una mujer de gran generosidad, que ayudaba en todos los sentidos a sus compañeros de prisión. Edek, Edward Galin'ski, era una persona fuera de lo común: uno de los primeros deportados a Auschwitz-Birkenau. Fue testigo del nacimiento y crecimiento de la máquina de genocidio, pero nunca se dio por vencido. En 1944, aunque el Tercer Reich se aproximaba a la derrota, en los campos de exterminio la masacre continuaba. En este entorno Edek y Mala, enamorados, van al encuentro de su destino. «Mala y Edek se quedan solos, de nuevo solos bajo las estrellas; es la primera noche que pasan juntos, dos veinteañeros que han visto un infierno cada vez más sediento de sangre y que han salido de él cogidos de la mano. El lager donde estaban encerrados hasta hace pocas horas es el pasado. Delante se alza la oscura silueta de los Beskid May que deben empezar a subir en cuanto salga el sol, momento en el que tendrán que ponerse de nuevo en marcha.»