De lectura muy fácil y con un estilo simple y directo, “Tienes que contarlo” presenta una trama interesante y bastante ágil, en que queda patente la cercanía del autor con el conflicto entre el periodismo tradicional y la inmediatez de las redes sociales, pero a pesar de lo anterior, no logró engancharme. Es de esos libros que termino por obligación, para saber cómo concluirá la historia, pero no por el placer de leerlo. Creo que influye el estilo tan directo, nada de andarse con florituras en las descripciones, las que, la verdad, se echan un poco en falta. Lo mismo pasa con los personajes, a pesar de que hay un pobre intento de contextualizarlos, no destacan. El autor trata de integrar en una trama de espionaje otros componentes, como una relación amorosa entre los personajes principales, pero se queda en apenas un intento, que no aporta ni despunta. Creo que un buen libro necesita bastante más que una buena historia. Los lectores esperamos una lectura que nos envuelva, nos emocione y nos haga vibrar. No es el caso de esta novela… no es mala, pero entra en la categoría de las que nunca recomendaría.
hace 8 años