Tras conseguir escapar de la persecución de Tarzán, el teniente Obergatz continúa su huida a través de la selva al lado de Jane, a la que retiene como prisionera. Pero Tarzán, todavía sediento de venganza, no se da por vencido, sigue el rastro de su compañera y éste le llevará a parajes nunca antes pisados por el ser humano. El instinto de supervivencia incluso en las situaciones más adversas, un genuino sentimiento de la amistad y el inquebrantable deseo de justicia guiarán los pasos de Tarzán, que en esta ocasión deberá enfrentarse a animales extraordinarios.