«Los muertos no carecen de poder» dijo textualmente, en 1854, el jefe de las tribus suquamish y duwamish del noroeste de Estados Unidos, el Jefe Seattle. Esto quedó demostrado en la década de 1970, cuando una supuesta carta atribuida al Jefe Seattle (dirigida, según se decía, al presidente Franklin Pierce), dio la vuelta al mundo y se convirtió en el manifiesto ecologista más importante de nuestros tiempos, con frases que han pasado a formar parte del inconsciente colectivo de la humanidad, como: «El hombre no tejió la trama de la vida; el hombre no es más que un hilo de ella. Todo lo que le haga a esa trama se lo hace a sí mismo». Ahora, en este nuevo milenio, y creyendo firmemente en las palabras de Seattle de que los muertos no carecen de poder, Grian ha enlazado esta creencia con las teorías de Carl Gustav Jung sobre el inconsciente colectivo para ofrecernos un nuevo mensaje del jefe nativo americano. El mensaje de Seattle, en forma de carta, dirigida al presidente de Estados Unidos, fue enviado a la Casa Blanca durante los últimos meses del mandato de George W. Bush, quien nunca contestó.