Como una recua de pesados bueyes, que marchan lentamente, unidos por una ligera cadena que los engarza, los poemas de este libro, a la manera de cantos, se desarrollan por contraste: ha de existir la carne de sus escenas épicas para que, entre res y res, leamos el brillo acerado y en ocasiones cortante que los vincula. Premio Ojo Crítico de Poesía 2008.