Intentar detener a Olimpia Wimberly es tan absurdo como intentar frenar un tren de mercancías con la cabeza. Lleva años al mando de un equipo clandestino encargado de solucionar crisis que ni la policía ni el FBI pueden resolver. Pero por primera vez, tras una misión, termina en el hospital.
Es allí donde un anciano al borde de la muerte la reconoce. Se trata de un hombre indocumentado y sin huellas dactilares que acaba de escapar de la cabaña donde lo han tenido secuestrado los últimos treinta años. ¿Quién es? ¿De qué la conoce? ¿Acaso la confunde con otra persona? Olimpia decide investigar al desconocido y descubrir qué esconde. Sin embargo, ni se imagina que, para ello, tendrá que hurgar en las heridas del pasado que incluso se oculta a sí misma.
María Frisa vuelve a demostrarnos su capacidad para tensionar las tramas e introducir giros inesperados. En esta historia nos lleva desde las altas esferas del Washington D.C. actual hasta el Nueva York de los años ochenta en un ambiente de lujo, desenfreno, amores prohibidos y secretos inconfesables.