Desde que son niños Edie, Jake y Ryan han sido inseparables, los mejores amigos. Ellos tres contra el mundo. Edie pensaba que los lazos entre ellos eran irrompibles, así que cuando su marido Jake es brutalmente asesinado y su mejor amigo, Ryan, acusado del crimen, su mundo se desmorona.
Edie está sola por primera vez en muchos años en la casa del acantilado que compartía con Jake. Está de luto y tiene miedo, y no le falta razón para tenerlo, pues alguien la está vigilando, alguien que ha estado esperando este momento. Ahora que Edie está sola, el pasado del que ha intentado huir desesperadamente está a punto de llamar a su puerta.