Lo bueno:
Continuando donde Flores en el Ático terminó, esta novela se apropia de tu imaginación desde el comienzo y no te deja ir. La prosa introspectiva de Andrews es agradable, incluso cuando los personajes generan rechazo. Rara vez encontrarás tanta belleza literaria en el egoísmo adolescente y el fetichismo freudiano.
Lo malo:
Cathy es un excelente personaje, pero es un pésimo personaje. ¿Qué quiero decir? La arquitectura de Cathy como personaje es impecable: en su núcleo está el odio por su madre, el amor incesuoso por su hermano y el dolor de lo ocurrido en la novela anterior. Sin embargo, me cuesta encontrar personajes en la literatura más detestables que ella. ¡Atención! Esto es meramente subjetivo, pero odio a Cathy; lo cual me roba mucho del disfrute del libro.
Lo cierto:
La segunda entrega en la saga Dollanganger es una buena novela. Como hombre, encuentro a los personajes masculinos un poco estereotipados y a la protagonista insufrible. Más allá de eso, admito que es “buena” lectura. Veredicto... ¡Leer si te gustó Flores en el Ático!
hace 7 años
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