Esta es la primera novela que leo de Domingo Villar y la primera protagonizada por el inspector gallego Leo Caldas y su ayudante Rafael Estévez, de Zaragoza. El cruel y doloroso asesinato de un saxofonista en su apartamento será el caso a resolver. La trama no se complica mucho, con pocas pistas iniciales poco a poco se va desentrañando la historia, aunque me sorprendió cómo al final se resuelve el caso por pura casualidad.
Más que la resolución del crimen en sí, me ha gustado la ambientación en Vigo y la toma de contacto con los protagonistas, Leo, tranquilo y amante del jazz, y su contrapunto, Rafa, me he reído mucho con su incomprensión de la ambigüedad del carácter gallego.
Novela policíaca breve que no llega a las doscientas páginas, no es una gran obra, pero sí entretenida.