Buena parte de la segunda parte relata la ausencia de Robinson de la isla, y concluye con unos viajes por China y Rusia en los que el protagonista de Defoe entra en contacto con pueblos y costumbres muy distintos a los que se presentan en la primera y vive experiencias tan asombrosas como ser perseguido por una manada de lobos o ser atacado por un oso. Sin embargo, la organización social, una de las cuestiones que más ha contribuido a dotar de importancia a la novela, se convierte en una de las centrales, junto a los temas del colonialismo, la relación entre pueblos con costumbres que chocan o la consideración de la cultura, la tecnología y la ciencia como armas de doble filo puesto que no siempre conducen a una mayor felicidad. Sin menoscabo del carácter de novela de aventuras, esta segunda parte es filosóficamente más rica y generadora de mayor debate incluso que la primera.