He leído en algún sitio que esta novela es un plagio de Santuario, de William Faulkner. Yo he leído las dos y considero que, aunque tienen puntos de conexión, son novelas completamente diferentes. Lo que sí me parece es un arcaico antecedente de James Ellroy: su violencia, su sadismo, su machismo, su vouyerismo. El ritmo es impresionante y los continuos giros argumentales hacen avanzar conducen hasta un final violento, inesperado y liberador, la única salida posible. Con muchísima fuerza, este secuestro infernal es una auténtica sorpresa literaria.
hace 15 años