No es una maravilla pero está bien la novela. Los reencuentros tras la amistad de la niñez cuando somos mayores no son lo que esperábamos.

Niños de tiza" es el retorno de un antihéroe derrotado a la barriada que lo vio nacer. Un pasado, que aunque a veces quede atrás, puede presentársenos a la vuelta de la esquina para mostrarnos la peor de sus sarcásticas sonrisas. Quizá lo más interesante de ella, sean esos brochazos o pinceladas de realidad, que muestran muy bien el crudo día a día en la humilde y marginal periferia de la ciudad de Madrid. Lo más flojo, sin duda alguna, es ese juego plano y mal trazado que no logra alcanzar el nivel de género negro o policial deseado. Hay una buena variedad de uvas en la parra; pero al final el caldo o mosto elaborado con ellas queda bastante mal templado y atemperado. Ni chicha ni limoná. Tampoco te pierdes nada si se te pasa su lectura.