Ambientada en el París de los años cincuenta –en un país sacudido por los ecos de la guerra de Argelia y que se está recuperando todavía de la segunda guerra mundial–, Niebla en el puente de Tolbiac es la historia de un atentado anarquista no cometido y de ideales revolucionarios traicionados. Abel Benoit, un viejo anarquista, muere en el hospital tras ser víctima de una misteriosa agresión, pero antes de su muerte consigue ponerse en contacto con el detective privado Nestor Burma, quien emprenderá una investigación que le llevará a recordar su adolescencia de joven libertario perdido en el París de entreguerras. Y comprobará que a veces el pasado es un hueso duro de roer. Inspirada en los recuerdos juveniles de Léo Malet –quien había frecuentado círculos anarquistas–, Niebla en el puente de Tolbiac está considerada como una novela clásica de la literatura policíaca mundial y como la mejor de su autor. Profundo conocedor de su ciudad y de las flaquezas propias y ajenas, Malet crea en Burma un álter ego escéptico, socarrón y honesto, cuya figura influirá en algunos de los personajes creados por maestros posteriores del género.