«En una sociedad posthumana, la procura del goce inmediato rompe las perspectivas de lo debido y sagrado. Una Unión Europea irrealista reduce el continente al rol de comparsa geopolítica. Sin políticas de inmigración rigurosas, el “euroislam” minará la Europa envejecida con una trama de guetos. Hay que embridar con exactitud el tigre opulento de la globalización. Sin meritocracia no habrá movilidad social y otra generación habrá carecido de incentivos. El bien común debiera prevalecer sobre los sectores buscadores de renta. España como nación ha de integrarse y reintegrar. El mundo es como un cuadro siempre inacabado que cada día se ensancha con la primera luz del día para que la humanidad pretenda acertar una nueva pincelada. Nada es inevitable si respiramos libertad» (Valentí Puig).