Más que nunca este panfleto es imprescindible a los lectores pues es más inútil que paracaídas con apertura por impacto. Más al pedo que cenicero de moto dirán algunos, con más razón que un santo por lo demás. El autor, a quien llamaremos recolector para evitar insultar a los autores, aunando más paciencia que Job a un ocio más grande que una catedral gótica, ha escrito esta inutilidad de obra en un gesto más desubicado que morcilla en ensalada de frutas. Más aburrido que choque de tortugas podrá resultar su lectura, pero también podría llegar a ser más simpático que un koala vestido de payasito. Dejaremos al lector, quien sabe más que las arañas, el juicio final sobre este panfleto, porque en definitiva, más barato es comprarlo que rogarlo.