Los niños de Idlewild han sido creados mediante bioingeniería para aguantar los efectos del apocalipsis microbiano bautizado como la peste negra, que prácticamente diezmó a la humanidad de la faz del globo. Dieciocho años más tarde, una generación tanto humana como poshumana dividida en bandos, debido a la ingeniería genética que se utilizó para crearlos, está preparada para heredar la Tierra. Pero mientras que uno de los bandos aboga por una evolución natural y el otro se empeña en perfeccionar a los individuos a través de la ciencia, una plaga incluso más letal surge de las cenizas de la peste negra. Su único propósito, el exterminio de la humanidad.