La obra de Nami Mun contiene una historia descarnada, de seres desarraigados, que van circulando a lo largo de la novela como en una estación de paso, lo que no impide que se conviertan en cotidianos. La autora, a través de Joon, la protagonista, no ahorra ligerezas a la hora de mostrar el abandono, la vida en la calle, con su lenguaje y miserias –prostitución y drogas incluidas-. La protagonista Joon nos cuenta todas sus desventuras, no de forma lineal, sino conforme sus recuerdos se evocan, a modo de flashback. Es un libro recomendable, a pesar de ser una temática ya explorada, ya que la autora transmite con sensibilidad, la vulnerabilidad y dureza del mundo que envuelve a la protagonista, empezando por ella.
hace 13 años