Desde el principio de los tiempos, las huestes angelicales de los Altos Cielos y las hordas demoníacas de los Ardientes Infiernos han librado una guerra por el destino de toda la creación. Esa guerra ha llegado ahora al reino de los mortales... y ni Hombre ni Demonio ni Ángel alguno saldrá indemne...