Comprendo que tratándose de un escenario de locales de alterne, hampones, capos, secuestros y fallecidos se justifica el uso de un lenguaje coloquial, pero a mi me ha costado una enormidad leer la novela. Entre ese lenguaje y el uso de unos giros del idioma, que supongo que deben ser propios de Mexico, cuesta bastante seguir el hilo de la narración. Aun así, con un poco de paciencia, vale la pena su lectura porque la novela tiene mucho ritmo. En apenas 130 páginas se escribe una historia que abarca temas muy amplios, con muy pocas palabras se cuenta un universo completo. La historia parte de unos hechos que aparentan cotidianos, a pesar de su dramatismo, pero hay en ella un trasfondo que nos habla de la vida en general.
hace 10 años