A la muerte de su bella esposa, el emperador Shah Jahan manda construirle una tumba que se convertirá en el mayor homenaje al amor de la historia de la humanidad: el Taj Mahal. Abrumado por el dolor, Shah Jahan se vuelve huraño y se gana la enemistad de sus propios hijos, que no tardan en apartarlo del trono. Caído en desgracia, a Shah Jahan solo le resta la fidelidad de su hija Jahanara, pese a que impidió que esta viviera un amor feliz.