Hay ocasiones en las que se aprecia un salto cualitativo en la obra de un autor. En el caso de “La primera vez que maté” de Gonzalo Jerez el salto es estratosférico. El título y la portada os dan una idea de la trama del libro, ¿no? Eso sí, no esperéis una novela negra al uso, ya que la trama está bastante alejada de los tópicos: no hay policías que investiguen, sino que es el propio asesino quien nos cuenta por qué mató por primera vez y qué despertó en él ese primer crimen. En primera persona, el protagonista nos hace partícipes de cómo y porqué elije a sus víctimas. Unas veces erigido como juez y verdugo y otras, llevado por la necesidad de matar. El protagonista no es víctima de abusos, ni tiene problemas mentales. Simplemente es una persona que disfruta matando a personas que él considera que no aportan nada a la sociedad. A veces los mata de forma rápida y otras trabajando como Miguel Ángel para darle a sus “obras” un toque especial. También nos habla de su día a día: de su trabajo como periodista, de sus, cuanto menos, peculiares relaciones afectivas y de cómo lleva una vida perfectamente normal cuando no siente sed de sangre. El final de la historia es maquiavélico. Un broche de diamantes a una trama excepcional y muy original. Un librazo que no os debéis perder. P.D.: Dos consejos: A lo largo de la historia el asesino repite tres preguntas. Medita las respuestas porque la muerte puede estar a la vuelta de cualquier esquina. Los bolígrafos BIC no son lo que parecen.
hace 8 años