En La más bella de todas el trasfondo de los actos perversos no tiene que ver con la maldad pura. La vida de la Reina está marcada con la pérdida, el abandono y el desamor, por ello se ve obligada a sobrevivir creando una barrera para su corazón. Día tras día la regente busca refugio en el Espejo, desea que él llene el vacío en su corazón y compense el amor que ella no siente por sí misma. Lo único que le queda en este mundo es su belleza, pero la malagradecida de Blanca Nieves, a quien ella supo dar el cariño de una verdadera madre, intenta opacarla. Por supuesto, la Reina no lo permitirá.