Esta no es una novela de zombis al uso. Si eres de esos que ama el género sólo por ver tripas por el suelo y muertos vivientes repugnantes que devoran a una animadora en una ciudad americana, ya puedes ir preparándote para darte un golpe en la cara. La Guerra de la Doble Muerte no es eso, ni en cuanto a contenido ni en cuanto a forma. Cargada de un lenguaje poético y muy visual, nos muestra una guerra en toda regla, que huye del maniquísmo típico: los "buenos" aquí ni siquiera son quienes cabrían esperar en una novela de terror. En cuanto a contenido, el lector debería ir olvidándose de la sangre por la sangre. La GDM no es una novela simple (aunque sí sencilla de leer; se pueden devorar sus 400 páginas en una semana): la invasión zombi no es algo gratuito; aparece enmarcada en un contexto que no nos resultará difícil reconocer. Los mayores miedos de la sociedad actual aparecen plasmados como posible desencadenante de una plaga de muerte viviente que a un lector medianamente avispado no le resultará reconocer. Nosotros, los "vivos" ¿lo estamos realmente? La GDM, lejos de querer vendernos una filosofía de vida, al menos nos hará plantearnos algunas preguntas. Y si el lector no desea plantearse cuestiones tan existenciales, se garantiza igualmente una novela de terror muy, muy entretenida en un ambiente que resultará, para variar, bastante familiar...
hace 15 años
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