Es una novela preciosa protagonizada por Calpurnia Tate, a la que todos llaman Callie. La historia se inicia en el verano de 1899, Callie tiene once años y es la única chica entre siete hermanos, lo que a veces se le hace cuesta arriba. Su familia, bien situada económicamente, vive y se dedica al cultivo del algodón en un pueblecito de Texas.
Callie se siente una niña distinta, apasionada por estudiar la naturaleza, no entiende por qué su madre la obliga a hacer labores y clases de cocina, y con el paso del tiempo empieza a plantearse qué le gustaría hacer en la vida, dándose cuenta de que sus inclinaciones científicas nada tienen que ver con lo que se espera de ella, y sintiéndose bastante frustrada por momentos.
Me ha parecido especial la confianza que va cogiendo con su abuelo y las enseñanzas de éste, que sobre todo la va guiando para que sea ella misma la que encuentre la solución a sus preguntas. También la vida familiar y sus celebraciones, en especial la relación con sus hermanos, es interesante.
Narrada en primera persona por la propia Calpurnia, es una lectura sencilla, tierna y positiva, de esas que te dejan una sonrisa en los labios. A mí me ha encantado. Lo malo es que cuando acaba te quedas con ganas de más, de saber qué le deparará el futuro a la protagonista. Por suerte al poco de terminarlo he descubierto que este año se ha publicado la continuación, “El curioso mundo de Calpurnia Tate”, que espero poder leer pronto. Novela juvenil ambientada en otra época que me parece recomendable para todas las edades.
hace 9 años
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