Severian interviene en la guerra contra el ejército ascio. Acompañado por un soldado herido viaja y oye historias extraordinarias, como la del cazador de focas, y encuentra una peregrina con quien discute las virtudes de la Garra. Huyendo de los terrores de los habitantes de las aguas profundas y de las voladoras astillas de la noche, continúa avanzando inexorablemente hacia el misterio final: el pronosticado advenimiento del Sol Nuevo. Al fin Severian regresa a la Ciudadela. Pronto habrá dos Severian: el aprendiz y el autarca. Premio John W. Campbell 1984.