Las cuestiones que plantea Cioran en sus libros, y en La caída en el tiempo en particular, están siempre destinadas a situarnos sin piedad ante la perplejidad de estas y otras paradojas en las que se empantanan nuestra vida y nuestro pensamiento. Así, ¿es la inocencia el estado natural del hombre?, ¿en qué es sospechoso el interés del hombre civilizado por las poblaciones «atrasadas»?, ¿por qué el escéptico es ante el bárbaro un muerto en vida?, ¿por qué unos prefieren la gloria y otros la inmortalidad ? ¿aumenta el dolor la conciencia del hombre? ¿por qué al que «sabe» le sobreviene irremediablemente la inquietud ?, ¿en qué cambia al hombre el miedo a la muerte?