Estas memorias apasionadas y escritas en carne viva son en realidad un alegato a favor y en contra del fútbol y de la literatura, con la ciudad de Valencia como fondo y territorio único de sueños y realidades y donde el eco del estadio de Mestalla marca el ritmo de los días como un reloj exacto. Por las páginas de este libro se asoman las afinidades convertidas en destinos, la urdimbre siempre azarosa, hermosa y cruel de las tramas familiares, la pura militancia futbolística reconocible más allá de concretas filiaciones o la devoción contradictoria por las formas más elevadas de cultura.Hasta llegar al adulto sereno que ahora narra y busca refugio en la última y solitaria fila del graderío de Mestalla, hay que remontarse a los recuerdos nítidos de un niño para el que todo dio comienzo el día en que su padre le llevó de la mano a ver al Valencia CF. Crónica lúcida y muy personal de placeres y devastaciones, La balada del Bar Torino es un ajuste de cuentas con la propia vida y un ejercicio de alta literatura, y al que la singularidad del hilo argumental lo convierte en un clásico y un referente destinado a permanecer en la memoria de las letras, de la ciudad y del valencianismo futbolístico.