Cuatro mujeres hablan de sus relaciones amorosas, o más bien, de sus fracasos en el amor. Todas ellas solteras, mayores de treinta y con un relativo éxito en sus respectivas carreras profesionales. Todas tienen algo en común: son singles. No tienen una pareja fija y estabe, o si la tienen cada uno vive en su casa. Grandes consumidoras de ocio, viajes y productos de marca. No se sienten decepcionadas por vivir solas, aunque añoren tener a alguien que las ame. Nada tiene que ver con las solteronas de antes, a diferencia de aquéllas, estas mujeres están solas porque prefieren el dicho de mejor sola que mal acompañada.