Esta vez el autor deja atrás la España franquista y las tensiones éticas del individuo enfrentado a un sistema de libertades limitadas, para internarse en una narración definida por el foco de una consciencia atormentada en el marco de los tiempos presentes. La relación entre Germán y Claudia se ha desvanecido. Las contradicciones y angustias del pasado familiar de ella, un padre violento y violador, son de tal calibre y pesan tanto en el presente que el deseo de tener un hijo y de construir una vida esperanzada, reducto de salvación personal, ocupa demasiado espacio entre ellos dos y la convivencia se deteriora, se pudre hasta convertirlos en desconocidos el uno para el otro.