¿Podemos interpretar por los gestos los sentimientos y las intenciones de los demás? ¿Qué tenemos que hacer para controlar y mejorar nuestra imagen? ¿Cómo podemos aumentar nuestra capacidad de seducción y persuasión? ¿Qué señales emiten las personas dominantes y cómo identifican a las víctimas a las que pretenden dominar? La respuesta a todas estas preguntas se encuentra en las señales de comunicación no verbal que a diario intercambiamos con otras personas, como la postura de los hombros, la forma de mirar, el tono de la voz, la manera de movernos o la posición espacial que ocupamos en una habitación. En Hablar sin palabras aprenderemos a detectar en qué tipo de escenarios nos hallamos en cada momento (de confrontación, de colaboración o de indiferencia), cómo podemos influir en el comportamiento de los demás y cómo debemos actuar para emitir las señales que más nos convienen.